Algodón y Algodón Orgánico
Algodón
Hablemos del algodón convencional
La herencia del algodón como textil se remonta al menos al año 5.000 a.C., con evidencias de uso humano encontradas en lugares tan lejanos como México, Pakistán y Perú. Aunque el algodón sigue siendo un producto comercializado en todo el mundo, ya no domina el mercado de las prendas de vestir.
El algodón es una fibra natural que, cuando se teje, produce un tejido suave, resistente, transpirable, absorbente y lavable. El algodón viejo también puede reciclarse para hacer nuevos hilos y prendas.
El algodón procede de las fibras esponjosas -conocidas como "cápsulas"- que rodean las semillas de la planta de algodón. Las fibras se desempolvan en una desmotadora de algodón, se limpian, se cardan (para alinear las fibras), se hilan en hilo de algodón y se tejen en tela.
Este proceso implica varios lugares: desde la recolección en los campos de algodón, la limpieza y la compresión de la pelusa de algodón en balas en las desmotadoras, hasta el envío de las balas a las fábricas textiles para hilar y tejer o hacer punto. El hilo o la tela producidos pueden teñirse, imprimirse o acabarse antes de ser enviados a los fabricantes de prendas de vestir.
El algodón es el mayor cultivo no alimentario del mundo, cultivado para el comercio por más de 80 países. Sin embargo, la producción se concentra en sólo seis -China, India, Australia, Brasil, EE.UU. y Pakistán- que en conjunto producen el 80% de todo el algodón.
Aunque la planta del algodón crece de forma silvestre en muchas zonas tropicales o subtropicales secas, es un cultivo que requiere mucha mano de obra. Su crecimiento óptimo requiere calor seco, sol, riego regular y protección contra las plagas y las malas hierbas.
El impacto del agodón convencional
1. El consumo de agua del algodón
El comercio del algodón aporta beneficios económicos a estas regiones, pero también graves problemas medioambientales y sociales.
El uso del agua es uno de los más dramáticos. Más de la mitad de la producción mundial de algodón -el 57%- se realiza en zonas con un estrés hídrico elevado o extremo, según datos recopilados por el Instituto de Recursos Mundiales.
Sólo el 30% del algodón producido procede de agricultura alimentada por agua de lluvia. El resto depende de la irrigación, principalmente del derroche de agua por inundación.
El Mar de Aral, en Asia Central, ilustra claramente los efectos de este estrés. La sequía y las décadas de desvío de agua, principalmente para regar las explotaciones de algodón, han hecho que se reduzca a sólo el 10% de su volumen anterior.
2. El uso de productos químicos en el algodón
Además de ser un cultivo sediento, el cultivo del algodón utiliza actualmente una cantidad elevada de productos químicos: el 4% de todos los pesticidas del mundo y el 10% de los insecticidas se utilizan en el cultivo del algodón.
Estos insumos pueden contaminar los ecosistemas locales y los suministros de agua potable.
3. Impacto social del cultivo del algodón
Los vínculos históricos del algodón con la trata de esclavos son bien conocidos. Los grupos de defensa de los derechos humanos han documentado la utilización de mano de obra infantil y forzada en el cultivo del algodón en la actualidad, con niños de tan sólo cinco años trabajando en los campos de algodón o en las fábricas de desmotado en países como India, Egipto y Uzbekistán.
Al tratarse de un cultivo comercializado a nivel mundial, los precios del algodón pueden fluctuar considerablemente. Esto afecta especialmente a los productores de algodón pobres, afectando a sus ingresos, condiciones de trabajo y calidad de vida.
Algodón Orgánico
Estamos muy orgullosos de anunciar que el 80% del algodón empleado en nuestra primera colección es orgánico y con certificaciones GOTS & BCI.
El algodón orgánico es reconocido como un método de cultivo sin el uso de productos químicos tóxicos. Las múltiples etapas de la cadena de suministro deben permanecer libres de productos químicos para ser ecológicas, incluida la preparación de la tierra, el uso de semillas no modificadas genéticamente, el suelo y la gestión de las malas hierbas y las plagas. Una vez cosechado, el proceso de fabricación del cultivo, desde la fibra cruda hasta el tejido, también debe permanecer libre de toxinas.
El Foro Económico Mundial ha identificado la escasez de agua como un gran riesgo global para la sociedad en la próxima década, y la producción de algodón convencional no está ayudando. El algodón orgánico tiene un impacto mucho menor en el agua por varias razones:
- Los agricultores ecológicos suelen tener un suelo más sano, tanto por la ausencia de pesticidas y herbicidas como por el uso de otras técnicas de cultivo del suelo. Un suelo sano puede retener más agua, como una esponja, lo que hace que haya menos inundaciones y que el suelo sea más resistente durante las sequías.
- Además, los productos químicos peligrosos no pueden llegar a los cursos de agua, por lo que los ríos, los lagos y el agua potable se mantienen más limpios.
- La mayor parte del algodón ecológico se cultiva en zonas de secano. Los agricultores confían en la lluvia para regar sus cultivos, en lugar de extraer agua del suelo, lo que puede afectar negativamente a los suministros de agua locales para las comunidades.
- Los agricultores ecológicos también son menos propensos a utilizar prácticas de monocultivo, al cultivar otros productos junto con el algodón. Esto mantiene el suelo más sano y protege los cultivos, pero también proporciona a las familias agricultoras y a sus comunidades un suministro de alimentos más estable y diverso y fuentes de ingresos adicionales.
Certificaciones
GOTS:
Esta norma estipula los requisitos a lo largo de la cadena de suministro para las condiciones ecológicas y laborales en la fabricación de textiles y prendas de vestir con materias primas producidas de forma ecológica.
La producción ecológica se basa en un sistema de cultivo que mantiene y repone la fertilidad del suelo sin utilizar pesticidas tóxicos ni fertilizantes sintéticos. Además, incluye normas de bienestar para la cría de animales y prohíbe los organismos modificados genéticamente.BCI:
El Better Cotton Standard System es un enfoque holístico de la producción sostenible de algodón que abarca los tres pilares de la sostenibilidad: medioambiental, social y económico. Cada uno de los elementos -desde los principios y criterios hasta los mecanismos de seguimiento.
El sistema está diseñado para garantizar el intercambio de buenas prácticas y para fomentar la ampliación de la acción colectiva para establecer Better Cotton como un producto sostenible de uso convencional.
Fuente: Global Standard and Better Cotton